La totalidad de “Terra Nostra”
April 24, 2024J. J. Maldonado | Radio Nacional
May 23, 2024En 1945, el primer Premio Nadal recayó sobre la novela “Nada”, de una jovencísima y desconocida Carmen Laforet. La noticia hizo estruendo en el campo cultural español, y autores como Azorín y Juan Ramón Jiménez no dudaron en reseñar el libro con mucho entusiasmo. “Nada” fue un fenómeno de ventas y, actualmente, es uno de los tres libros españoles más traducidos junto a “El Quijote” y “La familia de Pascual Duarte”. ¿Pueden imaginar el asombro del jurado al conocer la edad de Laforet, quien había escrito una de las mejores novelas de posguerra? Yo sí. Carmen Laforet tenía 23 años y estaba sola en una Barcelona bastante melancólica y pesimista. El peso del éxito, las altas expectativas sobre ella y la carga de convertirse -años después- en madre y escritora, la sumieron en un pozo que la llevó a sentir fobia de la literatura. Pese a eso, escribió cuatro novelas más, que, aunque no han alcanzado el éxito de “Nada”, forman parte de la trayectoria de la mujer inconformista que se negó al único papel de ama de casa y al vacío existencial que imponía el contexto machista. de la posguerra. Laforet fue el primer caso en España de lo que hoy llamaríamos un ‘escritor mediático’, que despierta un gran interés en los medios de comunicación. Sin embargo, Laforet fue alérgica a todo el batiburrillo periodístico y publicitario, y, poco a poco, se fue alejando de todo hasta casi desaparecer. Dice su biógrafa Anna Caballé que “por una parte, Laforet necesitaba de la proyección de su obra, como cualquier artista, porque vivía de ella. Pero por otro lado, su ser más profundo se rebelaba ante la vida social e intelectual, porque nunca se Se sintió cómoda en ella. Fue incapaz de construirse un personaje público, una máscara, para defenderse. Su forma de protegerse era escapando, como Elizabeth de Austria huyendo de la corte de Viena desesperadamente hasta el final, cualquier final. solo solía aceptarlos fuera de España, porque en el extranjero se sentía menos fiscalizada”. Las preguntas que muchos lectores de Laforet se han hecho, con el paso de los años, son las siguientes: ¿Puede alguien escribir una de las mejores novelas de su tiempo y no considerarse escritora? ¿Ni querer escribir más? ¿Ni que la reconozcan por la calle? ¿Ni entrar en la rueda editorial de quien ha hecho un bestseller y ahora tiene que hacer otro?”. La respuesta es sí. Con el tiempo Laforet se volvió todavía más celosa de su libertad, de su libertad para huir de todo, hasta de sí misma. Cuando falleció en 2004, Miguel Delibés dijo: “Al fin descansa de la vida y de la literatura”.
Por: J.J. Maldonado
Twinkl Perú recomienda este post en su entrada Día Mundial del Libro: poetas y escritores destacados de Perú